El apóstol Pablo escribió: “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado” (Romanos 6:6).
El apóstol está diciendo que hay algo que debemos saber, no algo que debemos hacer, y el verbo está en tiempo pasado.
Los creyentes en dificultades tratan de hacer morir al viejo hombre, pero no lo logran.
¿Por qué no? ¡Porque ya están muertos! Usted no puede hacer por usted mismo lo que Cristo ya ha hecho por usted. Dado que muchos cristianos no viven la vida abundante, incorrectamente se preguntan: “¿qué tiene que ocurrir para que esto sea verdad?”
Lo único que tenía que suceder para que eso fuera verdad pasó hace casi dos mil años, y la única manera de ser partícipe de ello es por fe.
Un pastor muy querido que escuchó de nuestro ministerio pidió una cita. Él dijo: “He luchado durante veintidós años en el ministerio, y finalmente creo que sé cuál es la respuesta.
En mi tiempo de devocional leí: “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3:3). “Eso es todo, ¿no?”. Yo le aseguré que así era.
Entonces preguntó: “¿Cómo puedo hacer eso?” Sugerí que leyera el pasaje un poco más lento.
Durante veintidós años habia estado tratando desesperadamente de llegar a ser alguien que ya es, y tal es el caso de muchos otros creyentes.
No es lo que hacemos lo que determina quienes somos, sino lo que somos determina lo que hacemos. No trabajamos en la viña con la esperanza de que algún día Dios nos ame. Dios nos ama y es por eso que trabajamos en la viña. No servimos a Dios con la esperanza de que algún día Dios nos acepte. Ya somos aceptos en el Amado; es por eso que le servimos.
Necesitamos aprender a aceptar lo que Dios dice que es verdad y vivir de acuerdo con ello por fe. Cuando lo hacemos se refleja en nuestra experiencia. Si tratamos de hacer lo que Dios dice que es verdad por medio de nuestra experiencia, nunca lo lograremos. Pablo señala la inutilidad de esa manera de pensar en Gálatas 3:2-3 “Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?”.
Somos salvados por fe, y caminamos o vivimos por fe. Hemos sido santificados por fe, y estamos siendo santificados por fe. No somos ni salvados ni santificados por la forma en que nos comportamos. Nuestro comportamiento es sólo un reflejo de lo que estamos eligiendo creer.
Por Neil Anderson