1Juan 2:16
“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.”
Estarás mejor preparado para resistir la tentación en tu vida cuando te des cuenta de que de acuerdo a las Escrituras, sólo hay tres formas a través de las cuales Satanás te atraerá a actuar de manera independiente a Dios.
Ellas se resumen en las instrucciones de Juan a los creyentes: “no améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo, si alguno ama al mundo el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:15-17)
Las tres formas de tentación son los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida.
Los deseos de la carne se refieren a nuestros apetitos físicos y gratificaciones en este mundo.
Los deseos de los ojos apelan al interés propio y prueban la Palabra de Dios.
La vanagloria de la vida destaca la autopromoción y la auto-exaltación.
Satanás tentó tanto al primer Adán como al último Adán con estas tres formas de tentación.
Observa cómo Satanás utilizó precisamente estos tres canales para engañar a Eva: Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los ojos y árbol codiciable para alcanzar sabiduría, tomó su fruto y comió. (Genesis 3:6)
El primer Adán falló miserablemente y todavía sufrimos el resultado de su fracaso. Pero el último Adán “Jesucristo” enfrentó la triple tentación de Satanás y salió triunfante.
En Él tenemos los recursos y el poder de conquistar cualquier tentación que Satanás nos arroje.
Por Neil Anderson