Colosenses 3:5-11
La vida antigua y la nueva
Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría. 6 Por estas cosas viene el castigo de Dios. 7 Ustedes las practicaron en otro tiempo, cuando vivían en ellas. 8 Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. 9 Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios, 10 y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su creador. 11 En esta nueva naturaleza no hay griego ni judío, circunciso ni incircunciso, culto ni inculto, esclavo ni libre, sino que Cristo es todo y está en todos.
¿Cómo practicar la moralidad en una sociedad inmoral?
Cuando las costumbres del mundo parecen ser tan fuertes, puede que nos sintamos incapaces de oponernos a ellas, pero eso no es lo que la Biblia enseña.
Por medio de Cristo, usted tiene todo lo que necesita para vivir en santidad.
Pero si sigue una y otra vez sus propios deseos, en un momento de tentación dejará de obedecer a Dios.
El momento para detener el pecado no es el momento del acto, sino cuando se tiene el deseo del mismo.
La Biblia dice que nuestro viejo yo ha sido crucificado con Cristo, y que debemos considerarnos muertos a los malos deseos.
Romanos 6:6
Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
El pecado una vez tuvo dominio sobre nosotros, pero Jesucristo ha roto su poder y nos ha liberado. Ahora tenemos un nuevo yo creado a su imagen.
Colosenses 3:9-10
………revístanse del nuevo hombre, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno…
En vez de ceder a los deseos pecaminosos, debemos responder a las tentaciones basándonos en quiénes somos en Cristo.
El pecado ya no va con nosotros, porque somos nuevas creaciones con el poder de Dios a nuestra disposición. Eso significa que ahora podemos resistir los malos deseos y tomar decisiones que honren a Dios.
Comience hoy mismo a reflexionar en cuanto al poder de Cristo dentro de usted, y confíe en que Él le protegerá contra pecados futuros.
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