La relación se cultiva, no es automática
Génesis 5:21-24; Hebreos 11:5-6, Habla de Enoc, quien “caminó con Dios” por 300 años y “desapareció, porque Dios lo tomó”, un gran ejemplo de recompensa que viene a los que diligentemente buscan a Dios.
Algunas cosas no se pueden apresurar. Construir una relación fuerte, es una de ellas.
La única manera para verdaderamente conocer a alguien es pasando tiempo con esa persona, mucho tiempo. La separación causará que una relación cercana se convierta en una memoria distante.
Una relación cercana e íntima puede estar sustentada solo por contacto íntimo constante. Esto es verdad para cualquier relación humana.También es verdad para nuestra relación con Dios.
¿Has notado alguna vez que fácil es empezar a dar por sentada nuestra relación con Dios?
Por atender las demandas urgentes de la rutina diaria, presiones, etc., pones a un lado los momentos íntimos con el Rey. Cuando las cosas van bien es fácil poner nuestra relación con Dios en “automático”. Antes de que te des cuenta, ya no tienes la misma relación, comienzas a pensar “Dios está siempre ahí si lo necesito”, pero cuando una crisis viene y realmente necesitas de Él, te das cuenta que tus herramientas de comunicación se han oxidado por la falta de uso.
En verdad Dios siempre está ahí, pero una relación fuerte se cultiva con el tiempo.
No es automático.
Encontramos este principio ilustrado una y otra vez en la Biblia. Enoc es un buen ejemplo. Génesis dice que “Enoc caminó con Dios 300 años y desapareció porque Dios lo tomó”.
¿Notaste? ¡Enoc caminó con Dios por 300 años! El se tomó el tiempo para cultivar su relación con Dios y Dios lo recompensó al traerlo a su presencia permanente. Enoc es uno de los humanos que se han saltado la muerte. (Elías es otro)
Hebreos 11:5 dice que el testimonio de Enoc fue el que agradó a Dios. El siguiente verso declara que sin fe es imposible agradar a Dios y que Dios da recompensa a los que lo buscan diligentemente.
¿Quieres acercarte más a Dios?
Entonces tómate tiempo para cultivar tu relación. Diligentemente busca al Señor. Dios desea una relación íntima contigo más que tú. No te va a forzar, pero va a tratar de acercarte a Él. Su Espíritu te empujará. Pero la decisión de qué tan cerca e íntimo con Dios te vuelves es tuya solamente. Todo depende en que tanta hambre tengas y que determinado estés en proseguir.
No puedes acercarte a Dios a las carreras, ¿cuál es la prisa? baja la velocidad, tómate tiempo para caminar con Él cada día.
Tu inversión paciente y fiel de tiempo, traerá de vuelta una relación íntima enriquecida con el Rey. ¡Tómate el tiempo!
Por Tommy Tenney